Mucha gente piensa que la pasta sólo debe tomarse cocida y que la ensalada únicamente puede contener lechuga y alguna que otra verdura. Encasillarnos de este modo en patrones preestablecidos provoca que no disfrutemos lo suficiente con la comida y evita que explotemos al máximo las múltiples posibilidades que nos ofrece el mundo de la cocina.
Multitud de alimentos a los que les damos un único uso son fácilmente aprovechables en contextos culinarios diferentes a los que estamos acostumbrados. Sólo es cuestión de abrir la mente. Así, una ensalada puede prescindir de lechuga, mientras que a la pasta le está permitido abandonar el tradicional tomate frito y aparecer en otro tipo de platos. Es así como surge la sabrosa ensalada de pasta, simple de elaborar y abierta a la combinación de todo tipo de alimentos para conformar el producto final, desde maíz, cebolla, pimiento o palitos de cangrejo hasta pollo, piña, huevo cocido o queso fresco.
Dentro de este tipo de platos surge el de la ensalada alemana. Aunque entre sus ingredientes no suele estar la pasta, las patatas cocidas y las salchichas típicas de esta ensalada combinan a la perfección con ella. La pasta de colores en forma de espiral es un complemento ideal para este plato puesto que sus ingredientes combinan a la perfección tanto al gusto como a la vista. Añadiendo mostaza obtendremos un plato de ensalada alemana de pasta sabrosa y original. Asimismo, las cebolletas y los pepinillos son complementos que también pueden combinar bien con nuestro plato, aportando un toque de sabor.
riquisima con pasas y nueces.