INGREDIENTES PARA EL BIZCOCHUELO:
Huevos: 3
Azúcar: 3/4 de taza tamaño té
Esencia de vanilla: 1 cucharadita tamaño café
Ralladura de la piel de 1 limón
Agua caliente: 4 cucharadas soperas
Harina: 3/4 de taza tamaño té
Polvo para hornear: 2 cucharaditas tamaño té
Manteca (para el molde): cantidad necesaria
PARA EL RELLENO:
Queso blanco: 300 gramos
Ralladura de la piel de 1 limón
Azúcar: 2 cucharadas soperas
Esencia de vainilla: 1 cucharadita tamaño té
Gelatina sin sabor: 10 gramos ( 1 y 1/2 sobre)
Duraznos en almíbar: 1 lata
Almíbar de los duraznos: 1 pocillo
Hojas de menta (para decorar): cantidad necesaria
PREPARACIÓN:
Bizcochuelo. Colocar los huevos, el azúcar, la esencia de vainilla y la ralladura de limón en un bol. Batir con la batidora eléctrica hasta obtener una preparación cremosa. Añadir el agua caliente sin apagar la máquina. Tamizar la harina con el polvo para hornear. Incorporar a la preparación anterior lentamente y sin dejar de batir. Volcar la mezcla en un molde de 24 cm de diámetro, enmantecado. Cocinarla en horno precalentado a temperatura mediana durante, aproximadamente, 40 minutos. Retirar el bizcochuelo del horno y dejarlo enfriar. Desmoldar y cortar, horizontalmente, por la mitad. Relleno. Batir el queso blanco con la ralladura de limón, el azúcár y la esencia de vainilla. Incorporar la gelatina previamente hidratada y disuelta en el almíbar. Escurrir los duraznos y cortarlos en láminas finas. Untar una de las capas de bizcochuelo con parte de la crema y superponer las láminas de duraznos (reservar algunos para la decoración). Untar la otra parte del bizcochuelo con el resto de la crema. Acomodarla cuidadosamente sobre los duraznos. Terminación, decorar la torta con las láminas de durazno reservadas y las hojas de menta. Dejar reposar en la heladera durante 1 hora, como mínimo.
