INGREDIENTES PARA LAS FRUTAS:
300 gramos en total de frutillas, duraznos y ciruelas
40 gramos de azúcar
PARA LA PREPARACIÓN:
55 gramos de harina
40 gramos de azúcar
3 huevos
170 Cm3 de crema de leche
Azúcar impalpable para espolvorear
PARA LOS MOLDES:
20 gramos de manteca
20 gramos de azúcar
PREPARACIÓN:
Poner las frutillas en una ensaladera y dejarlas flotar en mucha agua durante unos segundos. Sacarlas del agua con la punta de los dedos y enjuagarlas bajo la canilla. Quitar los cabitos con la punta de un cuchillo. Cortar en 6 trozos, o más si son muy grandes. Luego ponerlas en un bol. Pelar las otras frutas y cortarlas en cubitos de un centímetro. Espolvoree las frutillas con la mitad del azúcar y las demás frutas con la mitad restante. Pesar la harina y el azúcar de la preparación. Poner ambos ingredientes en un bol grande y mezclar. Agregar los huevos. Mezclar con una cuchara pero no batir. Su objetivo es integrar los ingredientes. Agregar ahora a la preparación que está en el bol, la crema de leche. Mezclar todo hasta integrar y dejar reposar la pasta durante media hora. Enmantecar las fuentecitas y poner bastante azúcar en una de ellas. Hacer deslizar el azúcar por el fondo, rincones y paredes de la fuentecita. Volcar el excedente de azúcar en la siguiente fuentecita y repetir el procedimiento hasta azucararlas todas. Llevarlas a la heladera para endurecer la manteca. Calentar el horno a 185 grados 15 minutos antes de cocinar el postre. Para llenar las fuentecitas, revolver una o dos veces la preparación y distribuir la mezcla, con un cucharón, en las fuentecitas. Escurrir las frutillas y repartirlas en las fuentecitas. Reservar el jugo en el bol. Incorporar también los trozos de durazno y las ciruelas a los recipientes. Poner las fuentes en una placa y llevarlas al horno sin moverlas mucho. Cocinar aproximadamente 20 minutos y servirlas, calientes, en las mismas fuentecitas. Espolvorear con azúcar impalpable. Si lo prefiere, mojar las frutas de la superficie con unas gotas del jugo reservado.